Ford Explorer fue un vehículo introducido en el año
1990, convirtiéndose rápidamente en el automóvil deportivo más popular de los
estadounidenses. Ford Explorer se caracterizaba por ser un vehículo espacioso,
seguro y confiable de doble tracción para la familia. Sin embargo, a
comparación de los automóviles de pasajeros en general, la tasa de volcaduras
era mucho más alta.
Los problemas surgieron cuando los trabajadores de Firestone, neumáticos para
Ford Explorer, declararon una huelga en cinco plantas, incluyendo la planta de
Decatur, Illinois, donde se fabricaba gran porcentaje de los neumáticos para el
Explorer. Los trabajadores que ingresaron para reemplazar a los anteriores,
según el sindicato, eran inexpertos y sin capacitación sobre las líneas de
ensamble.
Luego de ello, continuaron más problemas, cuando se realizaron cinco demandas
alegando que los neumáticos de Firestone eran propensos a fallas catastróficas
que provocaban que el alto vehículo se volcara. La propia garantía de Firestone
afirmaba que existían datos que indicaban que en ocasiones la banda de
rodamiento se separaba del neumático, especialmente en regiones cálidas como
Arizona, Texas y Florida.
Debido a los constantes accidentes, Ford se encargó de reemplazar los
neumáticos de Firestone por los de Goodyear, gracias a un programa denominado
“satisfacción del cliente”. Ello como consecuencia de que Firestone sostenía
que sus neumáticos no presentaban fallas de producción.
Finalmente, Firestone y Ford indicaron que retirarían 6.5 millones de
neumáticos del neumático, y que sus clientes podrían reemplazar sus neumáticos
Firestone por otros nuevos, en cualquier tienda de Firestone o concesionaria
Ford.
Así, la empresa Ford Motor Company decidió asumir la responsabilidad ante
cualquier demanda que pudiera surgir al respecto
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